Aún sueño con esos labios
de piel de melocotón,
recuerdo como hacías
que fueran mi perdición.
Quiero comprobar
tan vendido tacto,
y que me vuelvan loca
en el acto.
Quiero vivir
esos efímeros momentos
que nos hagan perder la cordura
y con ella, mi lamento.
Sé que aún no es tarde y puedo
pero tus inseguridades me van consumiendo
y con ellas, muero.